Un paseo y unas quejas
Salgo de casa en dirección a la biblioteca pública. Por el camino paso por una heladería en la que siempre hay cola. Tienen además unos cubos con agua para que beban los perros. Entre los perros bebiendo y la gente haciendo fila de forma desordenada nadie dejaba pasar.
He tenido que alzar mis piernas por encima de uno de los perros mientras su dueña me miraba sin inmutarse. Los que guardaban fila también han mirado como si estuviese haciendo la cosa más descabellada que podía hacer. Otras opciones podrían haber sido: meterme a caminar por el jardín de al lado, empujar a los que hacían la fila o empujar a los perros.
Un poco más adelante, mientras esperaba en el semáforo para cruzar la calle, un señor mayor ha apartado un patinete estacionado en mitad de la acera y ha recogido una caja de pizza del suelo y la ha depositado en la basura. ¿Qué necesidad hay de que tenga que venir otra persona a corregir nuestra mala educación?
Cada vez que camino por la ciudad y me encuentro uno de estos patinetes aparcados en medio de la acera me planteo si debería cogerlo y tirarlo a un contenedor de basura.
Al llegar a la biblioteca he visto que dos chicas venían detrás de mí. He aguantado la puerta. Han pasado sin mirarme. Lo mismo con la segunda puerta. Casualidades de la vida que al salir hemos vuelto a salir juntos. Les he abierto y aguantado las dos puertas. Ni me han mirado ni dicho nada.
La segunda vez he pensado en dejar caer la puerta o cerrarla, pero no he querido averiguar cómo hubiesen reaccionado.
Últimamente he pensado mucho sobre cómo nos quejamos de políticos, empresarios y demás basura por jodernos la vida y cómo somos incapaces de respetarnos entre nosotros.
En fin, otro Old Man Yells at Cloud.
He tenido que alzar mis piernas por encima de uno de los perros mientras su dueña me miraba sin inmutarse. Los que guardaban fila también han mirado como si estuviese haciendo la cosa más descabellada que podía hacer. Otras opciones podrían haber sido: meterme a caminar por el jardín de al lado, empujar a los que hacían la fila o empujar a los perros.
Un poco más adelante, mientras esperaba en el semáforo para cruzar la calle, un señor mayor ha apartado un patinete estacionado en mitad de la acera y ha recogido una caja de pizza del suelo y la ha depositado en la basura. ¿Qué necesidad hay de que tenga que venir otra persona a corregir nuestra mala educación?
Cada vez que camino por la ciudad y me encuentro uno de estos patinetes aparcados en medio de la acera me planteo si debería cogerlo y tirarlo a un contenedor de basura.
Al llegar a la biblioteca he visto que dos chicas venían detrás de mí. He aguantado la puerta. Han pasado sin mirarme. Lo mismo con la segunda puerta. Casualidades de la vida que al salir hemos vuelto a salir juntos. Les he abierto y aguantado las dos puertas. Ni me han mirado ni dicho nada.
La segunda vez he pensado en dejar caer la puerta o cerrarla, pero no he querido averiguar cómo hubiesen reaccionado.
Últimamente he pensado mucho sobre cómo nos quejamos de políticos, empresarios y demás basura por jodernos la vida y cómo somos incapaces de respetarnos entre nosotros.
En fin, otro Old Man Yells at Cloud.
#quejas
#educación